En los relatos góticos femeninos la peculiar agorafobia de sus protagonistas era una metáfora del confinamiento vital al que estaban condenadas las mujeres de su tiempo, presentando heroínas encerradas, que lograban escapar de semejante reclusión por medio de una enajenación mental, de la locura.
"El empapelado amarillo" que fue publicado en 1892 en la revista The New England Magazine refuerza esta tesis a la perfección y describe una de las más estremecedoras experiencias vitales de su autora, Charlotte Perkins Gillman, nuestra invitada de hoy"
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