Me pide Cristina Fallarás que escriba para su sigue leyendo sobre mis lecturas de verano, cosa que hago. Mi atracón de este verano es de fotógrafas de guerra y por esas cosas del correo aéreo Lee Miller se queda en el tintero.
He recibido hoy "The Lives of Lee Miller" y no puedo dejar de escribir aquí sobre ella.
Como una gata sobre un tejado de zinc caliente Lee Miller vivió más de siete vidas distintas e intensas con su Roliflex.
Recorrió el mundo del arte y la guerra mundial,vivió en las altas esferas y en tugurios de la bohemia francesa. Se pateó las trincheras y los horrores de la posguerra, hizo fotos para Vogue de mujeres hermosas con vestidos imposibles, retratos de hombres de renombre y rostros sin vida, legados de la barbarie nazi.
Acabó su vida de Lady Lee y su hijo, Antony Penrose escribió este libro bello que he recibido esta mañana de agosto como tributo a mamá; fotógrafa fotografiada, vividora, viajera, musa y amante de los hombres, el vino y la vida, perturbadora, bella, inquietante y perversa...mujer tenía que ser.
Nació en Poughkeepsie en 1907, rubia como la cerveza, la violan de niña y tienen que llevarla al psicólogo para que aprenda que sexo y amor no son cosas iguales. Su padre es el primero en fotografiarla y enseñarle el manejo de la cámara. Pero abandona a papá y va a New York a trabajar de modelo para Vogue, asistir a fiestas frívolas y dejarse querer por los modernos.
Su sed es imparable en Paris deja patidifuso a Man Ray, a Cocteau y al surrealismo en general, la pintan, le fotografían del derecho y del revés, la desnudan, la visten de estatua de sal, le enseñan como manejar la luz y descubre la polarización por accidente con Man Ray al encender la luz en el cuarto oscuro.
Cuando se independiza de Man Ray, loco de celos recorta uno de sus ojos azules fotografiados por él, lo coloca en un metrónomo tic tac, tic tac…y llama a la obra “objeto de destrucción”.
Lee ya fotografía sola y se va a Egipto, con Aziz a vivir una vida de lujo en el desierto, hace fotos de camellos y de jaimas al viento.
A Lee le puede la acción así que regresar a Europa y enrolarse en la guerra es todo uno, Vogue la acredita como corresponsal, con un casco diseñado especialmente para disparar con comodidad la cámara. Pero antes fotografía a Leonora Carrington, a Max Enrst a Picasso que también la retrata a ella y Roland Penrose su futuro marido se queda con el cuadro. Recorre la Europa en ruinas liberada por los aliados con Dave Scherman y ha habido quien ha novelado ese viaje como una aventura desgarradoramente romántica al estilo de “El paciente inglés” sea como sea su vida casi es más cine que realidad.
Casada con Penrose vive una vida tranquila y viajera, nunca lejos de su cámara, su mirada serena y su chic no la abandonarán jamás.
Lee Miller gran señora de la fotografía es la mirada surrelista de la guerra, la figura elegante y perturbadora de las fotos para Vogue, modelo fashion chic, escritora, ciduadana del mundo,excelente cocinera y el objeto de destrucción de Man Ray.
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