Reina absoluta de los hielos, heterodoxa, indomable, caprichosa, independiente de pensamiento y obra, moderna, transgresora, insumisa e irreductible, Cristina, reina de los suecos, godos y vándalos, gran Princesa de Finlandia, duquesa de Estonia y Carelia, filósofa y preciosa, marcó el paso de su tiempo y su vida a su antojo.
Que para algo fue coronada reina siendo una niña.
Como en Orlando de Virginia Woolf, Cristina adoptó la forma de varón o mujer como cambio de papel y estrategia, según le conviene. Abdica al trono vestida de tafetán blanco como la nieve, pero tras abandonar reino y corona atravesó Europa a caballo, vestida de hombre con el falso nombre de Dohna, sintiéndose por primera vez libre.
Cristina de Suecia, dedicó su vida a labrar su propia leyenda, más que a buscar un lugar en la historia.
Genio, misterio y figura hasta su regia sepultura.
Como en Orlando de Virginia Woolf, Cristina adoptó la forma de varón o mujer como cambio de papel y estrategia, según le conviene. Abdica al trono vestida de tafetán blanco como la nieve, pero tras abandonar reino y corona atravesó Europa a caballo, vestida de hombre con el falso nombre de Dohna, sintiéndose por primera vez libre.
Cristina de Suecia, dedicó su vida a labrar su propia leyenda, más que a buscar un lugar en la historia.
Genio, misterio y figura hasta su regia sepultura.
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