martes, 23 de agosto de 2011

"Soy una cámara" hoy estuvimos en la portada de "Sigue Leyendo"


Publicado en 22 agosto 2011 por sigueleyendo
MÁS LECTURAS DE VERANO.

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Tina Modotti, por Edward Weston.
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Me gusta planear las lecturas del verano, darme un atracón de Bröntes, de campos de concentración, de escritoras de posguerra, de vampiros. Me gusta tirar del hilo y reencontrar los mismos personajes en lugares comunes. Recién acabamos el curso escolar le digo a mi criatura; “pregunta a mister google fecha y lugar de nacimiento de estas mujeres: Tina Modotti, Gerda Taro y Kati Horna”. Mi aprendiz de buscador de perlas en los océanos de la red, se zambulle y me deja una nota en la mesa de la cocina con los datos del trío.
Soy una cámara.
Las tres son fotógrafas.
Gerda, Tina y Kati coincidieron en la misma guerra, estuvieron en los mismos frentes. A las tres, la guerra civil española les cambió la vida para siempre.
La mirada de su guerra es tan fulgente como la de Capa, que fue novio de Gerda y Kati y fotografiado por ambas, esas cosas de la sangre y el champagne, del fragor de la batalla.
Coinciden  en Paris y van a España pero lo hacen por caminos separados, Capa y Gerda ya han creado sus personaje y fotografían para las grandes agencias, Kati es corresponsal de la CNT.
Ligeras de equipaje, disparaban su cámara como quien dispara un arma. Sus fotos denunciaron el dolor y la muerte, el terror y la ruina. Milicianos apostados en las trincheras, máquinas de escribir despanzurradas, comedores populares, objetos olvidados en el salir corriendo, un espejo, un niño que llora.
Tina y Gerda se encuentran en Barcelona y en Valencia, en el II Congreso de Intelectuales Antifascistas, Tina ya no es ni sombra de lo que era, Gerda está en éxtasis, poseída por la guerra
Proletarias de la fotografía, las tres hacen fotos por encargo, por compromiso y por amor al arte.
Les convirtieron la vida en novela y comics, a veces siendo personajes secundarios y otras protagonistas de tragedias  coloreadas al gusto y beneficio de la obra. Ese es el hilo del que tiro este verano.
Como siempre, todo depende del color con se mire. Me pregunto de todas las versiones que he leído, cual es la veraz. Cual fue la verdadera guerra de cada una de ellas, la que fraguó en sus corazones apasionados. Entran en mis sueños y las imagino andando los caminos polvorientos, bebiendo el mismo vino de la revolución. Recorriendo los mismos frentes, paisajes comunes, guerras comunes, amigos  comunes. El clic del obturador es el latido de su corazón.
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Mujeres de Madrid, fotografía de Kati Horna.
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Kati Horna
Nace en Budapest de una familia adinerada, estudia fotografía con Jozsef Pest.  Fotografía a un Capa adolescente, parece ser que fueron novios y se separaron cuando Katy se va Berlín que es donde pasa todo.
En Paris Kati ha abrazado la causa anarquista y viaja a España donde cubre la guerra como corresponsal de la CNT. Trabaja para “Tierra y libertad”, “Mujeres libres” y “Umbral”, donde fue directora gráfica y donde conoce a su marido, José Horna. Perdida la guerra, acosados por el fascismo andan juntos el camino del exilio. En octubre de 1939, desembarcan en Veracruz  procedentes de Francia. Llevan consigo una pequeña caja de hojalata con 270 negativos de 6×6  realizados por Kati. Durante años, espera a que nuestro país recupere las libertades democráticas para ofrecer su colección al Estado español. Hasta entonces sus fotos permanecen prácticamente inéditas.
En México vive el resto de su vida, ilustra libros es fotógrafa y editora de prestigiosas revistas y da clases en la Universidad.
Kati es la absoluta reportera gráfica del surrealismo mexicano, y no he sido capaz de encontrar una foto en la que ella sea la aparezca (reconozco que he sido engañada por una, hasta que la amplié y me di cuenta de que la mujer no tenía en las manos una cámara sino un fusil).
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Gerda Taro.
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Gerda Taro
Nace con otro nombre en Alemania y pelirroja, lo que ya le suma un plus. Huyendo a Paris del fascismo se inventa a si misma, de paso dota de un nombre de lujo y de una personalidad cosmopolita a Robert Capa. Aprende el oficio, es más viva que una hierba mala. Se corta el pelo, la muy moderna, se va con Capa a España en un avión chiquitito que a punto estuvo de no aterrizar, allí se dan a conocer al mundo haciéndole fotos a la revolución, primero oculta bajo la firma de Capa hasta que harta de ser sepultada por la gloria del húngaro guapo, lo abandona y empieza a firmar lo suyo como Taro.
Pelirroja, temeraria y el alma de las fiestas del hotel Alianza de Madrid, no la para nadie ni a beber ni a amar ni a meterse en la boca del lobo, esto es, la primera línea de fuego donde muere, en la batalla de Brunete, con las tripas abiertas. La prensa enardecida la convierte en una mártir de la revolución.
Su gloria queda pegada a la de Capa como una película casi transparente, parece que él no la olvida jamás y se bebe del tirón todas las guerras hasta que encuentra al fin una mina asesina en Indochina. Muchas de las fotografías de Gerda han sido firmadas y atribuidas a Robert Capa.
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Tina Modotti.
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Tina Modotti
Tinísima nace en Italia y llega a América, como Marco, en las tripas de un carguero con el mar por encima de su cabeza, destino de pobre inmigrante sin papeles. Trabaja de sol a sol en fábricas textiles y se casa con un pintor de nombre aristocrático al que llaman Robo. Lo intenta en el cine de puro guapa que es, cuando el cine no tiene ni el don de la palabra. Robo muere en un viaje a México y cuando Tina llega al entierro se queda alucinando del desorden, los colores, los nombres y la vida burbujeante y sin medida. Consigue que Wetson, amante y  fotógrafo de renombre, le siga, la fotografíe sin parar y le enseñe el oficio. Se bebe la vida de trago, ama como una loca y es amada por todos y pintada en los murales de Rivera, hace fotos de flores y de pobres. Milita en “El machete” la revista del Partido Comunista, un hervor de exiliados que huyen de los fascismos de los países del mundo uníos. Allí conoce a Mella un revolucionario cubano tan guapo que duele y que es asesinado cuando van cogidos del brazo, Como es libre, comunista y vive como le da la gana, le echan el muerto a ella, convirtiendo el asesinato político en crimen pasional. Envuelta en una conspiración es expulsada de México. Acogida en Rusia es aleccionada y ella, con una fe encendida, se convierte en la monja alférez. Unida a Vittorio Vidali, vivirán la clandestinidad y el sacrificio sentimental, la vida privada no existe. Delegada del Socorro Rojo Internacional es destinada a España con el nombre de María Sánchez. No vuelve a disparar su Graflex. Vive la guerra de España desde el primer día hasta el último y allí se deja la vida,  el sentido del humor y el del horror. Trabaja hasta la desesperación en los hospitales y la solidaridad internacional.
La guerra le saca la piel a tiras. Regresa a México en 1939 con un pasaporte falso donde se reencuentra con Vittorio Vidali. Nunca más sonreirá, nunca más amará con sensualidad ni se sentirá hermosa, ya nunca será la morenaza sexualmente comestible fotografiada desnuda en la terraza.
El 6 de enero de 1942 corazón le explota mientras va sola en un taxi camino del hospital.
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Y esta es la bibliografía,  una madeja enmarañada. Solo hay que tirar del hilo.
Bibliografía
Tina Modotti. Elena Poniatowska, Era
Gerda Taro, la sombra de una fotógrafa. Francois Máspero, La fábrica
Sangre y champagne, la vida y la época de Robert Capa. Alex Kershaw, Debate
Leonora. Elena Poniatowska, Seix Barral

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